Esto es muy grave, pero resulta que todos los que, aunque estén libres para elegir su estilo de vida, no quieren creen en Jesucrist, son esclavos del egoísmo natural:
Unos con sus formas nobles como el avance personal, la cultura o cualquier otra cosa que definitivamente sean necesarias, pero que no otorgan plena libertad espiritual.
Otros, por el contrario, se van por el lado negativo: la avaricia o la inmoralidad.
Al final de todo resulta que ls personas no encuentran plenitud de vida en ninguna de estas cosas, y solo frustración y vacío so el resultado del vano esfuerzo por suprimir de ellos la presencia de Dios.
"Y conocereis la verdad y la verdad os hará libres." (Juan 8:32)
"Así, que sí el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres." (Juan 8:36)
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