Toda la obra del Señor canta sus alabanzas al creador, el trino de las aves, el rumor de las hojas, el murmullo de los mares... y nosotros, sus hijos, somos quienes podemos disfrutar de la sutileza de la música de la creación.
Mas aún, el Señor nos ha dotado con la capacidad de revelar nuestras emociones, tristezas y alegrías, por medio de la música. Y nos brinda, el Todo poderoso, el vehículo para adorarlo con nuestras voces, con nuestras palmas.
Mas aún, el Señor nos ha dotado con la capacidad de revelar nuestras emociones, tristezas y alegrías, por medio de la música. Y nos brinda, el Todo poderoso, el vehículo para adorarlo con nuestras voces, con nuestras palmas.
"Todo lo que respira alabe a Jah. Aleluya."
(23/oct/2.005)