martes, 30 de noviembre de 2010

AMOR FRATERNAL COMO VEHÍCULO DE ADORACIÓN

INTRODUCCIÓN

Son muchas y muy variadas las “formas” que los creyentes utilizamos para adorar a nuestro Creador y Redentor. Muchas de ellas están sustentadas por la Palabra (bíblicas), algunas otras son lecturas “entre líneas” (abíblicas)
No es extraño, lamentablemente, ver el surgimiento de formas de “adoración” totalmente abíblicas. Sin embargo, estas no serán el objeto de estudio de este trabajo. Mas bien serán aquellas que se practican sin la conciencia de estar llevando a cabo una auténtica adoración a nuestro Señor, como es el caso del amor fraternal.
Me ha resultado especialmente interesante la actitud mostrada por los miembros de la congregación de la Iglesia Evangélica y Misionera “Cristo la Esperanza”, misma que queda plasmada en los comentarios de visitantes del templo (tanto creyentes como no creyentes) quienes la describen con algunos calificativos como: cálida, amorosa, familiar, protectora.
¿Y cuál condición es la que propicia estas opiniones? Pues la actitud de cada uno de los miembros de la congregación, quienes reciben a todos los visitantes con grandes muestras de amor fraternal, puro y sincero. Llenos del Espíritu Santo, y solo con la intención de confortar a quienes se acercan a esta congregación y hacerlos sentir que están entrando en la casa de Dios.

AMOR FRATERNAL COMO VEHÍCULO DE ADORACIÓN

Una de las primeras impresiones que recibe el visitante de una iglesia, es la estructura física de la misma. Dicha impresión puede ser positiva o negativa. La segunda impresión debería estar en manos de la feligresía. Una tercera impresión está en manos del pastor. Ahora bien, de las tres impresiones, la segunda resulta ser la crucial.
Planteemos la siguiente situación: un no creyente se acerca, por primera vez a una iglesia cristiana, considera que la estructura del “local” es agradable. Al entrar, las persona que están congregadas en ella, lo reciben con semblante sonreído y afable, los caballeros le tienden la mano, preguntan por su nombre y dan su bienvenida. Las damas, por su parte, lo guían hacia un lugar adecuado. Al comenzar el servicio, el pastor dirige un saludo de bienvenida al visitante, completando de esta forma el panorama.
Todo este proceso ha transformado la experiencia del visitante en “algo” cálido y familiar. Esta persona ha experimentado el testimonio de esta iglesia en las actitudes de sus miembros. Ha percibido el amor de Cristo reflejado en sus hijos, ha sentido que puede volver a esta iglesia.
Cuando un no creyente, incluso un creyente, visita nuestra iglesia por primera vez, deberíamos considerarlo como un extranjero (en el buen sentido de la palabra) y tratarlo como tal[1], preocupándonos por él, de tal forma que no se sienta como un extraño.
Y qué decir de aquellos que llegan agobiados por las penas hasta nuestra iglesia, pues aun con mayor razón deberíamos expresar el amor fraternal[2] que le hará más llevaderas las mismas, y le dará una luz de esperanza.
Tengamos siempre presente que todos somos hermanos, pues tenemos a un mismo Padre, quien es Dios nuestro creador y Todopoderoso. Nuestro único ejemplo a seguir.
Dios nos pidió que amáramos al prójimo como a nosotros mismos[3] ¿Quién no desea sentirse querido y aceptado? ¿Cómo no sentirse conmovido ante la preocupación de otros por nuestra suerte? Entonces ¿Qué nos puede hacer pensar que otros no sientan igual?
Tengamos siempre presente que en cada oportunidad que damos cumplimiento a los mandamientos del Creador, estamos rindiendo culto y adoración a Él.
Por cierto, no está demás mencionar la siguiente definición, a modo complementario:
ADORACIÓN. La adoración es el reconocimiento que Dios es digno de ser adorado. Es la respuesta humana a la naturaleza divina. “Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, oh Jehová” (Sal. 27:8). La respuesta del hombre es inspirada divinamente. “Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere” (Jn. 6:44). Si el Espíritu Santo es el agente divino que motiva nuestra adoración, es Cristo quien por su obra en el Calvario hizo posible esa motivación.[4]
Pero debemos estar comprometidos, sinceramente, en ofrecer un amor fraternal verdadero[5], consiente, no un simple formalismo[6]. El objeto de nuestra manifestación notará la diferencia.
Tengamos presente la una de las más hermosas palabras con la que se puede definir al amor perfecto: ágape. Leamos su definición:
ÁGAPE. Esta palabra se deriva del verbo agapao (agapaw) y es el término bíblico más significativo para “amor”. Se encuentra casi exclusivamente en la Septuaginta y en le NT. Anteriormente se señalaban tres ejemplos de su uso en el griego prebíblico, pero dos de ellos se leen ahora de una forma diferente, y el tercero es dudoso. El término griego agaph (agápe) es el que expresa con mayor exactitud el significado cristiano de amor.[7]
Entonces deberíamos pensar que el amor fraternal debe ser considerado como un vehículo de adoración[8]. En no pocas partes de la Biblia se hace referencia al amor, aún más importante: es un mandato de nuestro Creador[9], el cual debemos cumplir.
En el siguiente versículo, veremos que no puede haber duda en nuestra posición:
Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. (Gálatas 5:14)[10]
Ahora bien, consideremos lo siguiente, ser salvo es ser santificado. Sin embargo, no debemos dar por concluido el proceso, pensando que ya aceptamos a Cristo, que Dios ya nos perdonó, y que esto es todo. Debemos avanzar en el proceso y buscar que Dios tome y controle todo nuestro ser. El apóstol Pablo les dice a los tesalonicenses que la salvación es mediante la santificación. Por eso es necesaria la segunda obra de gracia.
También, el creyente santificado tiene sed por hacer las cosas santas. La voluntad de Dios es hecha en él porque sólo quiere hacer lo que le agrada a Dios. Abandona todo lo que pudiera desprestigiar al evangelio de Dios. Procura no dar mal testimonio, y por eso se aparta de las actividades ilegítimas. Abandona, también, aquellas actividades, aunque legítimas, pero que limitan la expansión del reino de los cielos.
Cuando la gente abusa de una palabra, como ha sucedido con el vocablo amor, es fácil que éste pierda el verdadero sentido. Nadie ha podido escribir una mejor definición del amor que la que da el Espíritu Santo mediante la pluma del apóstol Pablo en 1 Corintios 13.
La mejor manera de enseñar algo es por medio del ejemplo, y ningún ejemplo enseña más claramente el verdadero amor que la vida y obra redentora de nuestro Señor Jesucristo. El ejemplificó perfectamente todo lo que se dice acerca del amor en 1 Corintios 13.
Uno de los mayores estorbos de la manifestación plena del verdadero amor es el defecto humano del egoísmo. Es indispensable erradicar la tendencia de fomentar nuestro ego para poder vivir un amor caracterizado por la paciencia, la bondad y la negación de nuestros propios intereses mezquinos.
La práctica de un amor con las cualidades mencionadas en 1 Corintios 13:5 sólo puede surgir cuando el creyente subyuga sus deseos a la misión de suplir las necesidades de los demás. Cuando prestamos atención a otros más que a nuestros gustos personales podemos resistir la tentación de buscar lo nuestro, irritamos o pensar el mal (1 Corintios 13:5).
Cualquier persona que se acerque a nuestra Iglesia, y no sea de nuestra congregación, debe ser considerada como un extranjero (no sabemos si es un creyente), pero no con el propósito de marginarlo sino el de darle la atención que se nos exige el Señor (Levítico 19:34; Éxodo 22:21)

CONCLUSIONES

Es notorio que el amor fraternal es un auténtico vehículo de adoración, soportado bíblicamente, que puede ser expresado muy fácilmente por todos los creyentes, independientemente de sus respectivos ministerios. Que tiene resultados inmediatos, y es una muestra patente del predicar con el ejemplo.
Son muchas las formas en que podremos adorar a nuestro Dios, pero comencemos a adorarlo demostrando, hacia otros, nuestro amor desinteresado.
Demostremos nuestro más genuino amor fraternal hacia otros (1 Corintios 13:1), sin miramiento de su condición social o cultural. Incluso si no es creyente debemos abundar aún más en nuestras muestras, que no importen los conflictos (Proverbios 10:12), o las faltas que conozcamos de esas personas (1 Pedro 4:8). Que nuestro ejemplo de amor desinteresado sea testimonio de nuestro compromiso con el Creador, y que el mismo sea vehículo del Evangelio. Más aún el amor fraternal nos asegura una vida recta (1 Juan 2:10; 4:21)
Nadie puede negar que la actitud más visible de nuestro Creador, sea su amor incondicional a todos los hombres.

CITAS BÍBLICAS

Amor

Proverbios 10:12 El odio despierta rencillas; pero el amor cubrirá todas las faltas.
1 Corintios 13:1 Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe.
Gálatas 5:13 Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servios por amor los unos a los otros.
Filipenses 1:9 Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aun más y más en ciencia y en todo conocimiento,
1 Tesalonicenses 4:9 Pero acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismo habéis aprendido de Dios que os améis unos a otros;
1 Pedro 4:8 Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados.
1 Juan 2:10; 4:21 El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo.

Bondad

Romanos 12:10 Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.
Efesios 4:32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
2 Pedro 1:7 a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.
Colosenses 3:12 Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia;
Amistad
1 Juan 1:7 pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo no limpia de todo pecado.
Filipenses 1:3 Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros,

Sensibilidad humana

1 Samuel 15:23 Y todo el país lloró en alta voz; pasó luego toda la gente el torrente de Cedrón; asimismo pasó el rey, y todo el pueblo pasó al camino que va al desierto.
Job 2:11; 30:25 Y tres amigos de Job, Elifaz temanita, Bildad suhita, y Zofar naamatita, luego que oyeron todo este mal que le había sobrevenido, vinieron cada uno de su lugar; porque habían convenido en venir juntos para condolerse de él y para consolarle.
Salmos 35:14 Como por mi compañero, como por mi hermano andaba; como el que trae luto por madre, enlutado me humillaba.
Lucas 23:27 Y le seguía gran multitud del pueblo, y de mujeres que lloraban y hacía lamentación por él.
Juan 11:19, 35 y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, para consolarlas por su hermano.

Amor al prójimo

Romanos 15:2 Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación.
Gálatas 5:14 Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Santiago 2:8 Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis;

Deber hacia los extranjeros

Levítico 19:34 Como a un natural de vosotros tendréis al extranjero que more entre vosotros, y lo amarás como a ti mismo; porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto. Yo Jehová vuestro Dios.
Éxodo 22:21 Y al extranjero no engañarás ni angustiarás, porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto.
Gálatas 6:10 Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe
Hebreos 13:1-2 Permanezca le amor fraternal. No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.
Santiago 2:10 Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos.

BIBLIOGRAFÍA

Thompson, Frank Charles. Biblia de referencia Thompson. Versión Reina-Valera de 1960. Editorial Vida [The Thompson Chain-reference. Indianápolis: The B. B. Kirk Bride Bible company, Inc., 1983]. Deefield, Florida, EUA: Editorial Vida, 1991.
Versión Reina Valera, Revisión de 1995, Edición Básica. Compubiblia, edición para Windows. [CD-ROM]. Sociedades Bíblicas Unidas.


[1] Levítico 19:34; Éxodo 22:21
[2] Proverbios 10:12, 1 Pedro 4:8
[3] Levíticos 19:18; Santiago 2:8-9
[4] Richard S. Taylor. Diccionario Teológico Beacon (Casa Nazarena de Publicaciones 1995)
[5] 1 Tesalonicenses 4:9
[6] Santiago 2:10
[7] Richard S. Taylor. Diccionario Teológico Beacon (Casa Nazarena de Publicaciones 1995)
[8] 1 Juan 1:7
[9] Hebreos 13:1-2
[10] Biblia de Referencia Thompson. Versión Reina-Valera, Revisión 1980

domingo, 12 de octubre de 2008

¿Es la Salvación por Fe o por Obras?

Bíblicamente la salvación no es ni por obras ni por fe… es por Gracia. Pero la fe es "el medio" establecido por Dios para alcanzar la justificación y no las obras.

"Porque por Gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe" (Efesios 2:10-11)

La Salvación es obra y voluntad única de Dios, no del hombre (Juan 1:13). Esta comprende una serie de eventos en aquel hombre que es salvo, el que “cree”. Estos sucesos ocurren antes de la salvación, durante de la salvación y después de la salvación. La salvación en si es momentánea y nunca progresiva. La salvación comprende lo siguiente:

Antes de la Salvación:

Llamamiento (Proceso por el cual Dios llama)
  • Llamamiento Externo - Hecho por el que Predica el Evangelio o Invita al arrepentimiento (Marcos 16:15, 16)
  • Llamamiento Interno - Obrado por el Espíritu Santo convence de pecado, produce fe y arrepentimiento (Del Griego (metanoia) que significa "cambio de mente"), va con la fe. "Antes no creías y ahora crees". El que oye y responde al llamado "creyendo", recibe salvación...(Mateo 20:16)

Al momento de la Salvación
  • Regeneración - Los que nacen de nuevo creen en Cristo. Esto es regeneración. Dios nos restaura a una relación con si mismo. El Nuevo nacimiento es obra del Espíritu Santo el cual pasa a hacer morada dentro del nuevo creyente. (Juan 3:3; Tito 3:4-6)
  • Conversión - Es un cambio radical que ocurre con el conocimiento de la persona. El pecador conscientemente abandona su vida pecaminosa, volviéndose a una vida en comunión con Dios. Es producto del Arrepentimiento (cambio de mente). (2 Corintios 7:9,10).
  • Justificación - Es la declaración legal de parte de Dios de que ya somos perdonados por la sangre de Cristo. Es un acto de Dios ha hecho una vez y para siempre que libera al pecador de su culpa y pena de pecado y es declarado santo (la palabra santo significa “separado”) para Dios. (Romanos 5:1; 8:1, 33, 34)
  • Adopción - En este proceso de vemos un cambio en nuestra relación con Dios. Antes, éramos enemigos de Dios, en guerra contra él. Ahora, estamos en una relación de amor y amistad. Somos hijos adoptivos de Dios. (Efesios 1:4, 5)
  • Bautismo - El nuevo creyente es Bautizado espiritualmente por el Espíritu Santo y unido por Cristo como miembro de su cuerpo, la Iglesia. (I Corintios 12:13)

Desde la Salvación - (Producto de la regeneración)
  • Santificación - Es el proceso por el cual nos mejoramos, purificamos hasta que el creyente es glorificado. Desde el momento de la salvación todo creyente queda capacitado por el Espíritu Santo para toda buena obra. El Espíritu Santo toma parte directa en la santificación de los creyentes a medida que estos se someten a su dominio y dirección. (Efesios 1:4; I Tesalonicenses 4:7; I Pedro 1:15,16)

¿Para que son las obras?

Las obras son realmente muy necesarias.

"Las obras son fruto de la salvación, pero la salvación nunca es fruto de las obras". El único paso hacia la salvación es la Fe Verdadera en Cristo, cuando se ha reconocido que es pecador y que necesita a Cristo como Señor y Salvador. En ese momento Dios te Justifica, es decir, te declara inocente por creer de todo corazón en Cristo como Señor y Salvador.

Este es el misterio de la "Regeneración" o "Nuevo Nacimiento" el cual produce el Espíritu Santo y hace al hombre apartarse de sus malos caminos (Santificación) y OBRAR en buenas obras que según dice la Biblia "fueron preparadas de antemano para que andemos en ellas" (Efesios 2:10; 4:17-32; Mateo 7:15-23). Es decir, toda aquella persona que dice tener fe debe tener obras dignas de arrepentimiento. (Santiago 2:14-26).

La Biblia dice:

"Justificados pues por la FE tenemos paz para con Dios por medio de Nuestro Señor Jesucristo" (Romanos 5:1-2; Efesios 2:1-10).

No dice Por la "fe y las obras". Es por Gracia (bondad o misericordia inmerecida de Dios). Así hermanos, podemos concluir en la enseñanza expuesta en este boletín de hoy, que indefectiblemente La Justificación es solo "por gracia", y "por medio de la fe" en Cristo Jesús.

domingo, 28 de septiembre de 2008

¿Por Qué Estudiar la Biblia?

¿Importan los estudios bíblicos? ¿Es necesario estudiar la Biblia para ser cristiano? ¿Es un deber espiritual ponerse a investigar el texto bíblico?

Claro que la respuesta a todas estas preguntas es "sí". Es un deber, es necesario e importa. Pero aún más que esto, el estudio de la Biblia es un privilegio tremendo por varias razones.

Tenemos una Biblia para estudiar

Primero, el estudio de la Biblia es un privilegio histórico. En tiempos antiguos no había Biblias impresas disponibles para cualquier persona interesada en estudiar. En los primeros siglos del cristianismo no existía la imprenta. No había tecnología para producir copias de libros y cada copia de la Biblia era una copia hecho a mano por un copista profesional. Las Biblias de aquel tiempo eran muy caras, y además, el porcentaje de personas que podía leer era ínfimo comparado con lo que es hoy en día.

Vemos rastros de esto en los textos mismos de la Biblia donde Pablo, por ejemplo, le dice a los colosenses que después de haber leído su carta se la manden a la iglesia de Laodicea para que ellos también la puedan leer. Una de las prácticas más antiguas de la iglesia era la lectura pública de la Biblia. Para los primeros cristianos la cuestión no era si deberían estudiar sus Biblias, era si iban a poder oír una lectura semanal de la palabra de Dios. ¡Imagínese cómo se hubiera sentido un cristiano del mundo antiguo si de repente le hubiéramos dado su propia Biblia junto con la habilidad de leerla!

Todos pueden hacer estudio bíblico

Pero también hubo razones ideológicas que mantuvieron el texto bíblico fuera del alcance del público general. Por muchos años se consideraba que sólo los eruditas y líderes religiosos podían interpretar la Biblia. Por eso la versión latina de Jeromé, la Vulgata, fue la Biblia de la iglesia medieval aunque sólo los líderes de la iglesia hablaban el latín.

El razonamiento era, no podemos confiarle a la gente común con algo tan importante como la palabra de Dios. Sólo un pequeño grupo exclusivo podía interpretar el libro sagrado. El reformador Martín Lutero cuenta que cuando entró al monasterio y tuvo acceso al texto completo de la Biblia le sorprendió la cantidad de material del que nunca había oído. Este mismo Lutero fue el que abrió el libro que los líderes religiosos habían cerrado. Lutero hizo una distinción entre lo que decía la iglesia y lo que decía la Escritura y proclamó que la Biblia, interpretada por el individuo, era la última autoridad del cristiano. De esto surge el Protestantismo con un énfasis en el conocimiento personal de la palabra de Dios. Y también con el Protestantismo viene las traducciones a los idiomas comunes (poco después de esta Era llega la versión Reina-Valera). El tesoro escondido tras los altares de la iglesia y en las bibliotecas de los seminarios se convierte de repente en la propiedad de cada cristiano. Fue una verdadera revolución en la cual muchos sufrieron y murieron. Es una revolución que nosotros a menudo menospreciamos porque vivimos en un mundo de tanta abundancia y libertad.

Los estudios bíblicos revelan a Dios

Finalmente, es un privilegio estudiar la Biblia porque en sus páginas encontramos la revelación propia de Dios, que aplica a todos los seres humanos de cualquier era histórica.

Cuando estudiamos el texto de la Biblia nuestras pequeñas mentes y limitados pensamientos se acercan a la infinita mente del Dios. Si tuviéramos cientos de años en este mundo e investigáramos todas las áreas de ciencia y conocimiento durante esos años, aún con eso nos faltaría tiempo para poder escudriñar un poquito de los pensamientos eternos de Dios. Nosotros somos limitados. Él es infinito. Nosotros no podemos llegar a él desde donde estamos. Esta es la gran cuestión humana: ¿Cómo podemos llegar a entender el universo en que vivimos sin una perspectiva que lo pueda abarcar? O, más personalmente, ¿cómo podemos llegar a entender el significado de las pequeñas huellas que trazamos bajo el sol sin alguien que nos guíe? La respuesta es que Dios en su infinita misericordia se humilla y se comunica con nosotros. Dios no espera a que nosotros lo encontremos por medio de nuestras investigaciones o pensamientos. Él se revela a nosotros. Él nos da lo que nosotros nunca podríamos obtener humanamente: el conocimiento de sus diseños y propósitos, su gracia y salvación. Dios se revela en su palabra, la Biblia, y nos da a conocer la sabiduría divina con la cual podemos entender el significado de nuestro mundo y nuestras vidas.

La pregunta, entonces, no debería ser si es necesario, si tenemos que, si es un deber, o si hay que esforzarse a estudiar la Biblia. La pregunta debería ser ¿porqué estamos preguntando si el estudio de la Biblia es un deber?

El estudio de la palabra de Dios no sólo es un deber… es un privilegio sin igual.

domingo, 20 de julio de 2008

LA CONDUCTA DEL CRISTIANO EN LA IGLESIA

La enseñanza central es : "Sed todos de un mismo sentir" (v. 8a)

Esta enseñanza se divide en dos partes:

La armonía debe ser una característica de la Iglesia.
La experiencia Cristiana debe vivirse.

Veamos cada punto:

Punto 1:

1. La armonía debe ser una característica de la Iglesia. (v. 8 y 9)

Estos dos versículos exigen a los cristianos mantener la armonía, y son un tremendo reto. Es muy dificil mantener la humildad, la solidaridad, la compasión, etc. en medio de la persecución o de la incompresión.

Este punto nos exhorta a:

(v. 8b) Mantener la armonía con nuestros hermanos:

¿Cómo lograr esa armonía? El apóstol nos da cinco acciones para lograr la amonía:

  1. La Solidaridad. Los miembros fuertes ayudando a los más débiles.
  2. El Servicio. Es una expresión de amor.
  3. La Compasión. No sentir lástima, es la emoción que nos impulsa a ayudar.
  4. La Humildad. Fue enseñada y practicada por el Señor Jesucristo.
  5. Perdonar. Cuando nos dice que no devolvamos mal con mal, nos está diciendo que perdonemos porque hemos sido llamados para bendición. El perdón restaura relaciones, ellas no quedan rotas, porque el perdón lleva a la libertad.
(v. 12) La vida del Cristiano es observada por Dios.
  • Dios tiene el control.
  • No estamos solos.
  • Dios está atento a nosotros.
  • Dios hará justicia.
  • Los que hacen el mal estén sin castigo, un día serán juzgados.
  • El pensamiento del cristiano no debe centrarse en el castigo a los malos.

2. La experiencia Cristiana debe vivirse. (3:10-12)
El texto del 3:10-12, es una cita del Salmo 34:12-16 que está saturado de angustia, pero con la firme promesa de la protección del Señor para aquellos que en él confían.

(v. 10) Vivir el cristianismo el en lenguaje.
"El que quiere amar la vida y ver días buenos" y ¿A quién no le gusta la vida y la felicidad en ella? Pero para que esto se cumpla, se establece un requisito ¿Cuál es?

  • No hablar mal de otros.
  • Ni hablar con engaño.


AMIGO BENDECIR
HABLAR o o
ENEMIGO MALDECIR

domingo, 8 de junio de 2008

¡Lo Valioso de un Papá Cristiano!

Un hombre con un importante trabajo político, Francis Adams, salió a pescar en una lancha con su hijo de 16 años. Este papá tenía que reportar sus actividades diariamente y refiriéndose a esa experiencia expresó lo siguiente:

"Hoy tenía demasiadas cosas por hacer en el trabajo, sin
embargo tuve que complacer los caprichos de mi hijo y salí en una lancha a pescar
con él. Por eso hoy mi día, fue un día totalmente perdido."
Su hijo al regresar a su casa, le comentó a todos sus amigos:

"Hoy salí a pescar con mi Papá, y les digo amigos, que hoy a
sido el día más importante de toda mi vida."
Los padres son realmente importantes en las vidas de sus hijos. Desde este humilde saludo quiero dar las gracias a todos los padres que reconocen la importancia de su condición y han dado a sus hijos lo mejor de su esfuerzo y tiempo, así como el mejor de los ejemplos como hombres fieles e íntegros a su fe, con su constancia en la iglesia y en sus vidas como cristianos.

Nos sentimos admirados de la calidad buena de los hombres de la Iglesia "Cristo la Esperanza" por lo que en esta fecha en que celebramos el "Día del Padre" les deseamos lo mejor a todos ustedes, y que sus hijos les bendigan con el respeto, la veneración y el afecto que absolutamente merecen.

domingo, 1 de junio de 2008

Un Tiempo de Énfasis sobre la Iglesia

Durante las próximas semanas estaremos realizando un tiempo de énfasis sobre la iglesia. Estaremos llevando a cabo diferentes actividades relacionadas con ella. El propósito es instruir y generar conciencia sobre la comisión que nos ha sido encomendada como miembros de la iglesia.

En el presente boletín deseamos animar a nuestros hermanos a participar fielmente en la obra de Dios que se hace posible en este cuerpo espiritual del que formamos parte.

Pero, ¿Qué podemos decir acerca de la iglesia en general, y de modo particular acerca de la Iglesia "Cristo la Esperanza"?

Muchos son los testimonios que acompañan la vida de los hermanos que forman parte de esta, su iglesia. De quienes aman a esta congregación por estar conformada por creyentes sencillos y solidarios, donde con toda humildad se enseña y se nutre con el Evangélio del perdón y del amor de Dios, y en la que se vela con firmeza temerosa que la doctrina instruida sea siempre conforme a la verdad que las Sagradas Escrituras han presentado a los hombres a través de los tiempos.

Empleos de la palabra "Iglesia" en el Nuevo Testamento
En el NT se le otorga a la palabra "Iglesia" dos sentidos interpretativos. El primero, se da en sentido concreto (específico), mientras que el segundo se presenta en un sentido ideal o místico. Revisemos ambos:

En Sentido Concreto o Específico
En algunos pasajes de la Biblia se usa la palabra "iglesia" cuando hace referencia a una congregación local y específica, como es el caso que se relata en el libro de Hechos con respecto a la Iglesia que se encontraba en la ciudad de Jerusalén:

"Y llegó la fama de estas cosas a oídos de la iglesia que estaba en Jerusalén: y enviaron a Bernabé que fuese hasta Antioquía." (Hch. 11:22. subrayado agregado)
Pero en otros pasajes el apóstol Pablo utiliza el vocablo para referirse a un conjunto o a la totalidad de las congregaciones:

"Porque ya habéis oído acerca de mi conducta otro tiempo en el Judaísmo, que perseguía sobremanera a la iglesia de Dios, y la destruía." (Gá. 1:13. subrayado y énfasis agregado)
Por eso, del mismo modo, la palabra "Iglesia" hace referencia también en el NT a una reunión de creyentes en un hogar, como es el caso de la Epístola a los romanos:

"Asimismo (saluda) a la iglesia que está en su casa." (Ro. 16:5. subrayado y énfasis agregado)
En Sentido Ideal o Místico
En otros pasajes de la Biblia, como en las cartas de los apóstoles, se utiliza la palabra "Iglesia" para designar aquello que los cristianos han definido a lo largo de su historia como "Cuerpo Místico de Cristo" es decir, a toda la comunidad universal de los creyentes, a todos los que creen en Jesucristo.

Así ocurre, por ejemplo, en la epístola a los efesios donde Pablo explica el propósito redentor de Dios hecho en una Iglesia en la que participan personas de todas las naciones, y de todas las condiciones. La epístola a los colosenses deja esta idea muy clara sobre la iglesia...

"Donde no hay Griego ni Judío, circuncisión ni incircurcisión, bárbaro ni Scytha, siervo ni libre; mas Cristo es el todo, y en todos." (Col. 3:11)
La Iglesia Universal
En un primer plano, la Iglesia sería el conjunto de todos los cristianos, congregados en virtud del bautismo. En la mayoría de denominaciones se cree que todos los bautizados conforman un sólo cuerpo con Cristo a la cabeza: la Iglesia entonces es el cuerpo místico de Cristo.

Lo que nos es común a todas las iglesias cristianas y a cada cristiano es que, todos (por definición) creemos en Cristo, y ponemos nuestra esperanza y fe en Jesucristo para la salvación. Creemos en Jesús, el Ungido, el Mesías, el Hijo de Dios, que vino al mundo para dar salvación y vida eterna a todo aquel que en él cree.