domingo, 6 de octubre de 2002

La Adoración Verdadera

En iglesias donde se puede advertir tendencias legalistas, el fervor espiritual se encuentra en estado de subdesarrollo.

La espiritualidad de los cristianos NO depende de un determinado estilo, por ejemplo, pentecostal o no pentecostal.

Tampoco depende de determinadas prácticas como la "guerra espiritual" o de las "oraciones litúrgicas".

Sin embargo ese tipo de argumentos son presentados por los diferentes "grupos" para explicar la adoración verdadera.

En realidad, de lo que consiste la verdadera adoración es que cada momento de adoración se viva como un "experiencia inspiradora", sea cual sea el estilo que se emplee.

Es por esta razón, que la "espiritualidad ferviente" explica muy bien cuál es la meta del cristianismo:

vivir la fe como una autentica relación de amistad con Jesucristo.

Por es somos libres de adorar a Dios con nuestras manos alzadas o recogidas, con nuestro llanto o nuestra risa. Libres para adorar a Dios con todo nuestro corazón, con toda nuestra fe, con toda nuestra alma, y sentimientos.

Que en este hermoso nuevo día y siempre, el Señor derrame espíritu de adoración sobre su iglesia.

(06/oct/2.002)

La Autoestima

El amor de Dios es la base para nuestra autoestima. Algunos de los resultados de la relación con Dios son amor, alegrías, misericordia, bondad, fidelidad, mansedumbre y autocontrol.

El amor de Dios nos enseña a aceptarnos y a través de todos los aspectos de nuestra vida (actividades, talentos y capacidades) el Señor es capaz de llegar a los demás.

Por ese motivo, podemos estar contentos con lo que somos y tenemos.

(06/oct/2.002)

Fe y Acción en la Vida Cotidiana

Un famoso equilibrista después de demostrar su excepcional habilidad sobre el alambre al cruzar las cataratas del Niágara, preguntó a los que miraban si creían que él podría llevar a una persona sobre el alambre en una carretilla. Al unísono la multitud demostró su confianza diciendo que sí creían. Entonces el equilibrista pidió un voluntario pero nadie se atrevió a ofrecerse.

Nuestras acciones demuestran las verdaderas creencias. En el centro de lo que somos está lo que creemos. La verdadera fe se demuestra con nuestros hechos.

(06/oct/2.002)