Un famoso equilibrista después de demostrar su excepcional habilidad sobre el alambre al cruzar las cataratas del Niágara, preguntó a los que miraban si creían que él podría llevar a una persona sobre el alambre en una carretilla. Al unísono la multitud demostró su confianza diciendo que sí creían. Entonces el equilibrista pidió un voluntario pero nadie se atrevió a ofrecerse.
Nuestras acciones demuestran las verdaderas creencias. En el centro de lo que somos está lo que creemos. La verdadera fe se demuestra con nuestros hechos.
(06/oct/2.002)
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